domingo, 30 de diciembre de 2012

Las Azores - San Miguel


San Miguel (Las Azores-Portugal)


Disfrutando entre el 23 y el 30 de septiembre de 2012
vista parcial de Ponta Delgada.
Para este viaje, mi idea era desarrollar un mínimo de actividad acuática y otro mínimo de actividad terrestre.  Se formó un grupo de trabajo subacuático, con pretensiones de no salir del agua nada más que a dormir, aunque el tiempo, más bien los fondos marinos, nos colocaron en nuestro sitio: turistas terrestres, ocasionalmente haciendo submarinismo.

Nadine, esa tormenta tropical que no llegó a huracán, nos precedió en el tiempo y en el espacio en las Azores, pero poco influyó en nuestra estancia semanal. Gracias!!!
Lo curioso fue que mojó las Azores mientras que estábamos de vacas en Almería, y luego mojó Almería, mientras que estábamos de vacas en las Azores. Esto es respeto mutuo, y cada cual a lo suyo.

Yo no llevaba nada preparado, por lo que muy relajado me lo prometía, dispuesto a dejarme llevar por el momento, y por una guía que de manera imprevista salió del grupo: Mavie;  ya había estado allí, en otras circunstancias, y sus recuerdos nos guiaron hacia esta aventurilla que voy a relataros.


Inmersiones:

Nos acercamos al puerto de      Ponta Delgada, la capi de la isla de San Miguel, buscando una empresa de inmersiones, que ya se había apalabrado, y a un colega que teníamos por enlace. Él nos recomendó las siguientes inmersiones:

1/ Baixado Especho y Santa Clara. 

Dos inmersiones para olvidar: vacías de vida. Salvo más experiencia para los dos novatos del grupo.   Además, había aún marejadilla, y algunos acabamos más que mareados (vomitando).

Nos sirvió de lección y, al día siguiente, desayuno con biodramina. Resuelto el problema. J

2/ Pecio del Dori. 

Básicamente fue bonito ver un pecio, y compartirlo con los coleguillas pues más aún.  No entramos en el interior, pues tampoco es que hubiera, pero si pasamos entre mamparos y vigas aún en posición.  Algo de vida marina, más de la que vimos anterior y posteriormente, pero poco para el sitio que se suponía.   Aún así, mereció la pena.

La Historia del Dori se cuenta así:

Hubo un tiempo en que era más rentable hundir un barco que seguir navegando con él… Espera, todavía se hace esto. Hubo un tiempo en que no había tantos buzos capaces de bajar a ver el estado en que estaba la parte hundida de un barco. Ahora esto ya no pasa.


tocando una de las hélices.
En nuestro viaje a São Miguel, Azores, descubrimos uno de esos barcos hundidos. Hundido cuando, como ahora, era mejor cobrar el seguro que seguir navegando. Hundido cuando, a diferencia de ahora, las compañías aseguradoras no tenían buzos que confirmaran o desmintieran la versión del capitán.

El barco en cuestión es el Dori. Su nombre original era Edwin L. Drake, el padre de la industria petrolífera de los Estados Unidos. No se puede decir que no pasara cerca de la costa, está a menos de cinco minutos en lancha del puerto de Ponta Delgada. Se trata de un carguero de 130 metros de eslora y de bandera Nigeriana. La historia del barco da para un libro, baste decir que fue de los pocos navíos de este tipo que participó en el traslado de tropas en el desembarco de Normandía en la Segunda Guerra Mundial. Sigue el diseño deLiberty Ship, el diseño de barco más reproducido del mundo, símbolo de la marina de guerra de los Estados Unidos.

Durante su último viaje, en 1964, chocó contra unas rocas que abrieron una vía de agua y se hundió. Eso fue lo que dijeron el capitán y la tripulación y eso bastó para la aseguradora. Con los años se ha convertido en un centro de vida marina, debido a que se encuentra en mitad de la más absoluta NADA. Es imposible que chocara contra una roca, porque está en mitad de una enorme llanura de fina arena marina. Por si fuera poco, la “herida” del casco va hacia el exterior… Pero no había tantos buzos para comprobar los timos.”

Como esto está ya está escrito, lo copio, lo pego, lo aclaro y no engaño a nadie con una charla que no es mía.                                

3/ Baixa do Castanheta y Arcos Hotel Caloura. 


Costa de Caloura
Aquí no había lo que nos prometieron, o lo que debía vivir en una reserva marina, pero las formaciones geológicas volcánicas pusieron el interés en otra inmersión vacía de vida, pero llena de cuevas, arcos, pasillos, ….Al menos divertido, sí.


Mi experiencia en buceo es limitada, apenas supero las 20 inmersiones en total, pero si alguien quiere leer algo más “experto” pues que se pase por aquí:

http://www.forobuceo.com/phpBB3/viewtopic.php?f=15&t=91124


Añadir leyenda
Tengo que reconocer que con las experiencias ganadas (tiempo de buceo) las charlas compartidas sobre el tema, conocer un pecio, pasear entre formaciones volcánicas submarinas,..., me es más que suficiente para justificar el viaje y la estancia. ¿Es superable? Sí, ¿se puede pedir más? Sí.  Nota: 5,5.





Rutas terrestres:


1/ Mosteiro y punta Ferraría



qué largo que es el horizonte!!!!
La tarde de la primera inmersión, nos fuimos a visitar la zona de acantilados con la, supuestamente, mejor puesta de sol de la isla.   Siempre es bonito el espectáculo, pero quedó un poco desdibujado por unas nubes en el horizonte, y eso que parecía totalmente despejado...pero el horizonte es muyyyyy largo, sí señor!!!   Como la isla no era tan grande, tuvimos ocasión de disfrutar del fenómeno en varios atardeceres, y (a las pruebas me remito) alguna que otra foto salió muy apañada.

Aprovechando que por allí pasábamos, nos paramos a visitar las piscinas naturales de agua caliente en el mar.    Una pequeña ensenada rocosa (6 metros de ancho por 25 de largo aprox.) donde se disfrutan unas emanaciones de agua justo entre las rocas donde rompen las olas, y que producen un intercambio de calor entre el agua dulce  caliente de los manantiales  con el agua fría salada del mar.  Según entran las olas te "balanceas" entre un tipo de agua u otra, un grado de temperatura u otro, que puedes ir decantando hacia una u otra si te mueves de dentro a fuera, o viceversa.

muy agustito!!!
Hay un par de sogas que cruzan la ensenada, en las zonas de más riesgo con un tipo de agua u otra. La del interior de la ensenada es más dulce, más caliente (en momentos en demasía, a + de 50 grados) y tranquila. Si salimos hacia el exterior es más salada, con más vaivenes y menos cálida (25 grados máximo) 

Volvimos otra tarde-noche, convirtiéndose en nuestro punto estrella de la isla.  Para mí, hubiera merecido la pena volver todos los atardeceres,

Cuidado con las piedras del fondo, no están recolocadas y es fácil que te lleves un mal recuerdo (que se lo digan a mi espinilla derecha) en forma de raspón o más profundo.

Por lo demás, la primera visita fue una bonita forma de quitarnos el mal gusto de la inmersión de la mañana, mareos incluidos, y la segunda sirvió para reafirmarnos lo mucho que nos gusta vivir bien!!!!  


2/ Lago do Fogo.

Uno está acostumbrado a ver, en una isla sobre todo, diversos y cambiantes paisajes. Intercambio de bosque con semidesiertos, pedregales con verdes praderas,...


Saliendo de San Miguel, vas cogiendo altura, cruzando verdes prados con sus vaquitas, en busca de ese bosque tropical con aguas sulfurosas, su piscina natural de aguas calientes... El contraste aquí me dejó muy gratamente impactado. 

Sinceramente, si queréis tener una idea real, palpable, creíble, ..., hay que ir allí, verlo, fotografiarte y no permitir que nadie os lo cuente.


Esa tarde salimos de la segunda inmersión, la del pecio, después de comer y dejar las horas necesarias para no sufrir los problemas de la descompresión por cambio de altura (de -20 a +1000) nos subimos por las laderas de un volcán, el Barrosa, para asomarnos a su interior, lleno de agua (lago do fogo) y con unas vistas de casi 360 grados a nuestro alrededor sobre casi toda la isla y sus aguas oceánicas.

El cambio de temperatura es importante, por lo que se recomienda algo de abrigillo, y prepararte para el viento.   Tras las fotos de rigor, sobre el lago, el océano y las praderas llenas de vacas, seguimos el camino bajando por la otra vertiente del volcán.
Si por el lado sur, desde San Miguel, la subida es casi suave, llena de praderas verdes para la explotación ganadera, el otro lado, el norte, se va llenando de bosques vírgenes con fantásticos helechos arbóreos que te hacen remontar a tiempos prehistóricos (al menos botánicamente).  Impacta, alegra, reconforta, deja sin palabras y da opción a volar la imaginación y no dejar de mirar a tus pies, a media altura, a lo lejos; una foto, otra mejor, párate ahí, mira ese otro, y ¡¿ viste aquel grupo de allí? Genial!!!!   Yo los había estudiado, de joven, pero no pensé que fueran así, ni que yo los fuera a conocer.

¿no preguntes a qué huele?
En mitad de aquella exuberancia vegetal visitamos un rio con emanaciones ferrosas. Primero una especie de charca excesivamente caliente, poco profunda y no consumible. Luego una represa con más profundidad, menos caliente y ….. hummmm!!!   Cerca hay un par de casetas para cambiarte (ponerte en bañador) que medio usamos, por discreción con los vecinos portugueses, que no digan!!! 





Calhetas


Recuperados del placer paisajístico y acuático del Lago do Fogo, terminamos de bajar por la vertiente norte de la isla y nos encontramos con una costa acantilada muy alta, como preparada para recibir los envites de océano, salpicada de pequeñas calas con gran dificultad para acceder a ellas (por estrechos senderos o mínimas carreteras asfaltadas) En Calhetas hay una negra y no nos remojamos por que no apetecía pegarse con el fuerte oleaje, ya que ese día soplaba del nor/noreste y las olas enfilaban directas a romper en la arena sin piedad, dispuestas a darte un buen revolcón inmisericorde!!!


Capelas


remojando las ideas!!!!

Aquí encuentras otra cala de la costa norte, con su escalofriante bajada, apenas para un coche de ancho, y un coqueto y pequeño puerto pesquero al fondo del acantilado; es la foto en la que me acercó a la rompiente de una ola contra las rocas.

En el pueblo pudimos disfrutar de un más que apañado restaurante. Si encuentro la tarjeta, os incorporaré la dirección.




3/ lago Sete ciudades.

Cuando hicimos esta ruta ya estábamos muy convencidos de que la superficie terrestre de la isla superaría a las profundidades acuática, en cuanto a atracción y resultados.
La ruta nos lleva de nuevo a un volcán extinto, con un lago en su interior, con fantásticas vistas de la caldera desde sus bordes, geniales bosques, un puente que cruza por la mitad del lago,...Me repito: que no os lo cuenten!!!

4/ lago de Furnas.


Lagoa das Furnas, con el perfil de la Capilla gótica de Nuestra Señora de las Victorias proyectado en sus aguas cristalinas, presenta en uno de sus márgenes, sulfataras volcánicas, auténticos “fogones naturales" donde se cocina el famoso cocido en Calderas (enterrado en el suelo en recipientes herméticamente cerrados). Espero que no seamos sensibles al olor a huevos que hay pues, incluso en el aparcamiento, te puedes encontrar con un agujero en el suelo del que emana un poco de humo/vapor de dudoso gusto olfativo!!!

relaja,sí!!!!
Aquí se sitúa el complejo hotelero más popular de las Azores, Terra Nostra. Posee un fascinante jardín que se puede visitar, con la excusa de contemplar las plantaciones iniciadas en el siglo XVIII por Thomas Hickling (imposible no perder un par de horas o tres en pasear por allí) y proseguidas en el siglo XIX por la familia Praia e Monforte, así como un gran lago-piscina de agua termal donde podremos tomar un relajante baño (la foto del agua marrón)  Quien se lo pierda no puede decir que estuvo aquí!!!



Dentro del mismo pueblo encontraremos las Caldeiras das Furnas, área de diversas manifestaciones volcánicas, donde brotan géiseres de agua hirviendo y barro medicinal.  Si vas probando… puede que alguna te guste, pues son potables y para el consumo humano.



Desde 1630 y tras una gran erupción, la actividad volcánica de esta zona es variada, con géiseres a distintas temperaturas (el más caliente es el de Pêro Botelho que alcanza los 99°C).”



5/ Como no hay que dejar nada sin ver, nos montamos una ruta por el este de la isla, en busca de la Punta de la Madrugada, donde es posible el avistamiento de cetáceos desde la costa (no vimos ninguno, pero de ilusión se vive)  Puede que sea verdad, pues son acantilados muy altos, con sus miradores que, con buenos prismáticos te deben de permitir verlos en su ruta migratoria.

Siguiendo la costa, se llega a Sao Brás y Maia, por donde te dejarás sorprender por sus plantaciones de té, que dan lugar a bonitas fotos con el océano de fondo.




Piña en flor.
Para finalizar la ruta, llegando ya casi a San Miguel, está la población de Faja de Baixo, lugar de las plantaciones de piñas.  Curiosidad y decoración.    Cuando aún son flores tienen unos tonos rojizos muy interesantes, que van perdiendo según de produce el fruto de multiflores.










lagarto Juancho.

Retorno a casa:

La vuelta a Madrid nos deparó una sorpresa en forma de saurio: una lagartija entre el fuselaje del avión que nos traía de Lisboa a Madrid, asomándose por la ventanilla de Eva.  Cuando vio que no podría sacarnos algo de comer… emigró a otro sitio menos soleado.

     




En definitiva, un viaje sorprendente de principio a fin, en un buen apartamento en mitad del puerto (Solymar) nada caro, buena comida, buen rollito en el grupo,… ¿Se puede pedir más? 
¿os he dicho ya que tenéis que ir? ¡qué no podéis dejar que os lo cuenten otros!!!

salut!!!





No hay comentarios:

Publicar un comentario